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Una boda son mil detalles y momentos, mil recuerdos para guardar como tesoros. Pero hay una figura que sobresale por encima de las demás, que atrae la máxima atención y todas las miradas: la novia.
La estrella de la velada.
Ese día brillas con luz propia. Y para que nada estropee o apague tu aspecto, debes prestar atención a todos los detalles. El vestido lo primero. El peinado también es clave. El ramo es la nota de color que necesitas. ¿Y las joyas? Las joyas de tu boda son el broche final, el cierre que realza todas tus virtudes y te hace lucir deslumbrante.
Precisamente por eso, debes ser muy cuidadosa al elegirlas: una joya inadecuada puede “rechinar” y estropear tu aspecto, cuando debería hacer lo contrario.
En esta pequeña guía te dejo varios consejos con los que acertarás al elegir las joyas de tu boda.
Fuente: Imagen de Pronovias
3 consejos generales antes de elegir las joyas de tu boda
Antes de empezar a hablar de piezas y aspectos concretos, hay 3 grandes consejos que debes tener siempre en mente cuando vayas a elegir las joyas:
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“Menos es más”
Seguro que lo has leído en muchos sitios, pero es la gran verdad. Y el motivo es claro. El día de tu boda toda tú eres una joya, por así decirlo. Tu vestido, tu maquillaje, tu peinado, son especiales, excepcionales, y reclaman atención.
Pero la belleza no está en el exceso, sino en el equilibrio: si te pasas con la joyería, se te verá recargada, y el conjunto perderá impacto, será menos armonioso. Es mejor llevar pocas piezas, porque su impacto será mayor, y realzarán el resto de elementos.
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No mezcles
Si eres de plata, plata. Si eres de oro, oro, y del mismo tono. Lo que no termina de encajar es la mezcla de metales en diferentes piezas, eso rompe el equilibrio.
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Armoniza los colores
Al elegir tus joyas piensa en el conjunto. Y esto es válido tanto para los metales como para las piedras.
- El metal debe armonizar con el vestido: Vestidos en tonos marfil, o con matices beige, encajan muy bien con el oro amarillo, y con el rosado, que cada vez se están poniendo más de moda. Para vestidos blancos, oro blanco y plata son las opciones que mejor funcionan.
- Las gemas, o brillan o encajan: Lo que no sea brillar o encajar, no debería utilizarse. Las piedras clásicas de boda son diamantes, circonitas o perlas, brillos y destellos blancos. Si vas a añadir una nota de color, no importa la piedra: turquesas, zafiros… lo que importa es que armonicen con cualquier otro elemento de color que haya en tu atuendo: en el vestido, en el peinado o en el ramo. Si no encaja, serán demasiados colores y de nuevo se rompe el equilibrio.
Estas tres normas generales debes tenerlas presentes en todo momento al elegir joyería para boda.
Y ahora, vayamos a los aspectos y piezas concretas
Joyas para boda: cómo elegir las piezas
En tu look de novia, las joyas tienen un rango.
Los anillos van al mando
Ya no es que ese anillo represente vuestro amor y vuestro matrimonio (¡que no es poca cosa!)
Es que además todo el mundo irá a mirar tus manos, querrán ver tu alianza de boda en cuanto salgas de la iglesia o del juzgado, y verán también tu anillo de pedida.
Curiosamente, es para la única pieza para la que no doy más recomendaciones que las generales. Porque una pieza tan especial, tan simbólica, ha de hablar de vosotros, es vuestro símbolo de amor. Y si algo recomiendo, es que sean alianzas de boda personalizadas, algo que nadie más en todo el mundo vaya a llevar.
Los pendientes de novia son los escuderos
La siguiente pieza en importancia tras los anillos. ¿El motivo? Que destacarán por el peinado, y para el peinado.
El peinado atrae las miradas a la altura exacta para que los pendientes destaquen como dos focos en la noche. Y al destacar, realzan el peinado que los enmarca.
- Si llevas un recogido, los pendientes más largos sientan de maravilla.
- Si llevas el pelo suelto, el pendiente largo se desluce, e incluso se enreda. Mejor piezas cortas o pequeñas.
Luego, aparte del pelo, hay que tener en cuenta tu fisonomía: la forma de tu cara, y la longitud de tu cuello, pueden aconsejar o desaconsejar el tipo de pieza. Pero dado que esa fisonomía ya la tiene en cuenta tu estilista cuando te haces las pruebas, básicamente tendrás que conjuntar los pendientes con el peinado que vayas a llevar.
Pendientes de plata con perlas cultivadas y circonitas
El colgante es opcional
De todas las joyas que puedes llevar el día de tu boda, seguramente el colgante sea la que tiene a priori menos importancia. Hasta el punto que muchas novias descartan llevar una gargantilla o colgante.
Por varios motivos. Por ese “menos es más” de antes, o porque el escote del vestido ya reclama la suficiente atención: una novia con un palabra de honor y un buen recogido no necesita ningún collar para verse mejor, su cuello desnudo ya es una joya.
Si decides llevar una gargantilla, aparte de las recomendaciones generales, tendrás que buscar el equilibrio entre el tipo de escote y tu fisonomía, en concreto el largo de tu cuello. Las recomendaciones que dejé en este artículo sobre elegir collares te servirán perfectamente.
Espero que estos consejos te sean de utilidad y te ayuden a lucir como nunca en el día de tu boda.
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