No me refiero al valor sentimental. Ese valor es el que hace que no las vendas.
Me refiero al valor monetario.
Se trata de algo que mucha gente ignora, pero que todos deberíamos saber. A fin de cuentas, con el paso de los años, se amontonan muchas piezas en los joyeros de cada casa: ocasiones especiales, regalos, legados… Las tenemos ahí, las miramos, las cuidamos, pero no sabríamos decir su valor monetario exacto. Ni siquiera aproximado. Algunas veces, ni siquiera somos conscientes de lo que tenemos.
Bien, esto se soluciona con una valoración oficial de joyas. Una valoración catalogada de todas tus piezas, a ser posible con fotografías, indicando su valor monetario.
“¿Para qué quiero hacer esto si no pienso venderlas?”, te preguntarás. Pues por un montón de razones:
- Para hacerte un seguro, por si las moscas. Que luego vienen los disgustos.
- En vistas a alguna herencia o reparto de bienes.
- Para que, si entregas tu joya para que hagan cualquier tipo de modificación, tengas la certeza de que te devuelven tu joya.
- Por si te la/s robara/n, y la policía las encontrara, poder recuperarlas (de alguna manera has de demostrar que son tus joyas, tu palabra sin pruebas no basta).
- Por simple curiosidad. ¿Realmente no te intriga saber lo que tienes ahí?
¿Dónde puedo ir para saber el valor de las joyas?
Existen diferentes empresas que se dedican a tasar y valorar las joyas. Buscando en internet por “tasación de joyas” encontrarás muchas. Por cuestiones de confianza, la sección de Tasadores de Joyas del Instituto Gemológico Español puede ser un buen lugar desde el que partir.
Cuando lo que has de tasar son piedras de mucho valor, es bueno acudir a gemólogos especializados, cuyos minuciosos informes tienen en cuenta la más mínima inclusión en tus piedras, que quedan así perfectamente documentadas como de tu propiedad.
Pero… ¿cuáles son los criterios de tasación de esas joyas?
Esta parte es un poco más compleja, vamos a verla. Para empezar, cuando vayas a tasar tus joyas hay tres “tipos” de valor que puedes obtener.
- Valor de Liquidación: Se refiere al valor de las materias primas, sin más: el metal utilizado, la gema… no tiene en cuenta la fabricación.
- Valor de Mayor: También conocido como “coste de fabricación”. Incluye el Valor de Liquidación, pero le suma el coste de la producción e incluso el margen comercial del fabricante de la pieza.
- Valor de Reposición: Éste viene a ser el coste estándar en una tienda, para el público, e incluye también el margen del minorista.
A partir de aquí, los criterios que se siguen dependen, por un lado, del precio de los metales (fijados de manera diaria por SEMPSA – Sociedad Española de Metales Preciosos), de las gemas (según publicaciones especializadas) y de la mano de obra (según las tablas oficiales de los sectores implicados en la joyería, como AETA, la Asociación de Engastadores, o el mismo Instituto Gemológico Español).
Luego se tienen en cuenta el peso de las gemas (aproximados cuando se trata de gemas ya engastadas), su color y pureza, el tipo de talla, o la certificación, si la tiene, entre otros muchos aspectos.
Se trata de un mundo complejo, y que además tiene un valor sobre todo a efectos de herencias, particiones de bienes, o seguros. Diferente es el valor de mercado que pueda alcanzar una determinada joya, en función de su historia o antigüedad, o su diseño… sobre esto, ya hablamos en este artículo sobre el valor de las joyas.
¿No te ha entrado curiosidad por saber qué guardas exactamente en tu joyero?
Compran rubis violáceos de Thailandia tallados en cabujón 7x3mm y aprox. 1ct la pieza (21 piezas que pesan 24,90 ct)
Estas gemas nunca han sido engastadas y algunas tienen fisuras y trapiches. Alto valor de peso específico.
Sin duda Corindón puro.
Adquiridas en Bangkog en los años 70 del pasado siglo.