De nuevo retomamos la Historia de la Joyería, en el artículo de hoy “La joya en el siglo XIX” donde hablaremos en líneas muy generales de la importancia de este periodo, donde grandes firmas conocidas hoy dieron sus orígenes. Cómo a pesar del evidente progreso de la época, seguían influenciados por civilizaciones pasadas. A la vez que la evolución de la moda europea se imponía cada vez más en las tendencias de joyería.
El siglo XIX es una época de gran agitación, por lo cual se genera un estilo en toda Europa, influenciado por la gran cantidad de descubrimientos de la civilizaciones antiguas. Se intentan imitar joyas de culturas pasadas como la Egipcia, la Etrusca y la Romana, pero con el condicionante de las nuevas tecnologías que se aplican en la joyería del siglo XIX.
Se recuperaron técnicas ya olvidadas como la granulación y joyas que se adaptaron a una moda contemporánea como las cintas en la frente o las cinturas de cadera.
Según Arbeteta, (1998) [1] “Las damas de alta sociedad encargan importantes tiaras, muchas de ellas con piedras grandes, muy costosas, para lucir en una Corte donde la Reina dispone de los mejores aderezos y las más finas perlas. Los Españoles Narciso Práxedes Soria, veterano al servicio de la Casa Real, Félix Samper, Manuel de Diego Elvira, José Navarro, Celestino Ansorena y otros varios trabajan ideando nuevos modelos, atentos a la evolución de la moda y los gustos de la soberana. En Europa, las joyas realizadas para la corona de Francia son expuestas en 1853, y la Reina Victoria de Inglaterra posee los mayores diamantes que se conocen” .
Las joyas siguen siendo elementos que diferencian las distintas clases sociales, no por sus diseños sino por la vistosidad en sí de la pieza, su pedrería, su tamaño, etc. La burguesía muy adinerada y la realeza eran quienes podían encargar a los artesanos las piezas de gran calidad; lo que hoy en día llamamos “alta joyería”, en la que se incluye la pedrería fina (diamantes, esmeraldas, rubíes, perlas, etc.). Las joyas eran diseñadas en exclusividad por grandes maestros. En Francia los más prestigiosos eran Cartier, Massin, Falize, Chaumet, etc. Sus obras eran presentadas en las exposiciones universales, dando así, seriedad y prestigio a sus firmas. (fig. 20)
Según Arbeteta, (1998) [2] “Es una burguesía viajera, que conoce las novedades de la moda en sus puntos de origen, compra y encarga a las más célebres firmas europeas, mayormente francesas, como Froment-Meurice, Falize, Massin, Boucheron, Chaumet, Cartier, etc., y asiste, deslumbrada, a las grandes exposiciones universales de 1855 y 1867…”
Fig. 20 – Corona de niño, de diamantes y topacios sobre plata sobredorada. Siglo XIX.
En España los joyeros de más reputación, trabajaban para la Casa Real y la Alta Sociedad. Pendientes de las últimas tendencias europeas, diseñan magníficas joyas con un gusto distinguido, podemos destacar a Félix Samper, Celestino Ansorena y José Navarro, entre otros. (fig. 21)
Fig. 21 – Rostrillo de Isabel II. Diamantes y topacios sobre plata sobredorada.
[1] Arbeteta, Leticia. (1998). La joyería española “De Felipe II a Alfonso XIII” Editorial Nerea, página 68.